China resignifica la milenaria red comercial con su estratégica iniciativa de la Franja y la Ruta, que busca asegurar su provisión de alimentos, agua y energía en un contexto mundial armonioso. Para ello, encara grandes inversiones y gigantescos proyectos de infraestructura.
Pocos escenarios pueden reflejar la milenaria vocación china de negociar y hacer acuerdos como la histórica Ruta de la Seda, una gigantesca red de rutas mercantiles organizadas desde el siglo I a.C., a partir del comercio de la seda china, que fascinaba a las mujeres de Roma y deslumbraba a todos porque su elaboración era un misterio. Desde la ciudad de Chang’an (actual Xi’an), la ruta se extendía por todo el continente asiático. El Imperio del Centro (China) exportaba seda, porcelana, especias, jade, pieles, cerámica, laca, bronce y hierro. A lo largo de su recorrido, compraba oro,plata, piedras preciosas,marfil,cristal,perfumes,tintes, telasy otros productos provenientes de los territorios que atravesaba la ruta. Lo frecuente no era que aquellos mercaderes la recorrieran en toda su extensión, sino que se aventuraban hasta los límites de su propio territorio para vender sus mercancías y eran sus compradores los que las llevaban hacia el interior de sus reinos.