Café asiático: el orgullo de los cartageneros que se volvió internacional

Se trata de una bebida donde el café convive con el coñac y la leche condensada. Dicen que fueron los marineros quienes la inventaron a principios del siglo XX; hoy es una de las marcas registradas de la región, se toma en una copa especial y se consigue hasta en Hong Kong.

Por Dolores Moreno

Cuenta la leyenda que fueron los marineros quienes inventaron este brebaje y que lo hicieron justamente para combatir el frío en altamar. Entonces, mezclaron ingredientes bien calóricos: leche condensada, café y coñac. Así, según José Ángel Díaz, uno de los dueños de la empresa que hace las copas especiales donde se toma este café, fue como comenzó la historia del café asiático. Este producto vedette de Cartagena de Murcia pronto empezó a expandirse por el resto de la península ibérica y hoy ha atravesado fronteras, le compite al café irlandés y se toma hasta en Hong Kong.

Cuenta la leyenda que fueron los marineros quienes inventaron este brebaje y que lo hicieron justamente para combatir el frío en altamar.

Dicen que un turista no conoce Murcia si no prueba este café. Y algo de razón tienen: es uno de los grandes orgullos de la región y lo definen como “una combinación perfecta de sabor, la vida y la historia de Cartagena”. Su receta ya no es un secreto y algunos han innovado añadiéndole canela y limón.

“A finales del siglo XIX y principios del XX, los barcos que venían de las Indias orientales desembarcaban en el puerto y tomaban leche condensada, café y coñac. Era lo mismo que tomaban en el mar para combatir el frío. Tres partes iguales de café, coñac y leche condensada. Era una bebida superpotente; les daba fuerza para trabajar en las labores de la mar, para calar las redes, que se tardaba entre cuatro y cinco horas, en los astilleros, al lado del agua”, cuenta Díaz.

Aunque hubo un tiempo en que se le adjudicaba la creación de este café a Pedro Conesa Ortega. Según se decía, tras la advertencia de su mujer sobre el sabor amargo del café que salía de la máquina, Ortega habría decidido agregarle leche condensada y coñac para camuflar ese gusto. Hoy, el Bar Pedrín, como llaman al restaurante de Ortega, es uno de los preferidos para degustar un buen café asiático. Sin embargo, esta teoría fue descalificada cuando, en el año 2019, Juan Ignacio Ferrández y Ángel Vicente Roig mostraron pruebas en su libro Hostelería antigua de Cartagena y su publicidad de que, al menos siete años antes de la aparición del café asiático de Pedro Conesa, ya se servía la misma receta en otros locales del centro histórico de la ciudad portuaria.

Con los años, el asiático se convirtió en una bebida muy popular en Cartagena y fue sumando otros ingredientes. Al respecto, Díaz detalla: “Se le han ido incorporando cosas: café, leche, coñac, Licor 43, canela, rodajitas de limón y leche vaporizada, que se le pone arriba. Es una bebida espectacular, es buenísima. En Murcia tenemos la suerte de contar con muy buenos cafeteros; la mayoría trabaja con arábiga 100%, después usamos Licor 43, que se usa mucho en coctelería y está en Cartagena, y, por último, el coñac, el típico brandi de España”. Con estos cambios, la bebida perdió un poco de su graduación alcohólica y dejó de ser tan fuerte, por lo que muchos la toman como postre o de sobremesa, según dice el experto.

No alcanza solo con saber prepararlo: el café asiático se sirve en una copa especial que solo produce la empresa de Díaz. “Somos los fabricantes de la copa asiática. La empresa la fundó mi abuelo en 1898 y ahora los dueños somos mis cinco hermanos y yo. Siempre fuimos los fabricantes de la copa, que ahora la hacemos en Portugal. Nuestro eslogan es: ‘La receta está en la copa’”, cuenta Díaz y destaca que la fábrica, que lleva el nombre de su abuelo, José Díaz, cumple 125 años en 2023.

La copa, que se llamaba inicialmente “copa de campana fuerte”, apareció por primera vez en 1908 de la mano de la fábrica Unión Vidriera de España, ubicada en Santa Lucía (Cartagena). Primero se utilizaba una de vermut, pero luego diseñaron una con cristal templado exclusivamente para el café asiático. Cuando cerró la fábrica, la familia consiguió hacerla en Barcelona y, desde hace 23 años, en Portugal.

“Tenemos las patentes; hemos sido los precursores de que esta bebida no caiga en el abandono ni en el olvido. Los hosteleros antiguos marcaron cuánto debía tener de cada una de las cosas”, cuenta Díaz. Y asegura que tienen varios productos relacionados con el café asiático. Se vende la copa suelta, una caja de dos copas con ingredientes —que es la que más se vende— y otra de seis. Los precios arrancan en 20 euros.

Según sostiene el empresario, hace 20 años comerciaban solo a nivel local y se vendían algo así como 7 mil copas. Hoy se venden 150 mil y se comercializan en toda España. Gracias a los marineros que entraban a las tabernas y pedían esta mezcla potente, se creó una de las bebidas que termina de pincelar la personalidad de esta ciudad portuaria. Una urbe que conoció navegantes de diferentes civilizaciones durante siglos y que aún sigue siendo clave en el intercambio comercial.

Zeen is a next generation WordPress theme. It’s powerful, beautifully designed and comes with everything you need to engage your visitors and increase conversions.

Top Reviews