Ramón Luis Valcárcel Siso analiza la importancia del proyecto Gorguel y de los recientes acuerdos de libre comercio firmados a nivel global para la participación del área atlántica y Occidente en la economía y el comercio mundial.
Por Denise Touron
Como político español, vicepresidente del Parlamento Europeo y antiguo presidente de la Comunidad Autónoma de la región de Murcia, Ramón Luis Valcárcel Siso advierte la importancia del desarrollo de infraestructura marítima y las alianzas internacionales para beneficio del comercio.
Marco Trade Revista: Durante su ejercicio de la presidencia de la región, lanzó el proyecto Gorguel. ¿Cuál fue su visión y principal motivación?
Ramón Luis Valcárcel Siso: Entendíamos, desde la Región de Murcia, que Europa tenía que entrar en una reindustrialización para dotar de futuro económico a las regiones que se encontraban más desfavorecidas. Así, en el mundo actual, el desarrollo de empresas está muy ligado al comercio, pero sobre todo al comercio internacional. Para ello, desde las administraciones públicas debemos ofrecer posibilidades logísticas con gran conectividad.
La única región del Mediterráneo español sin una terminal de contenedores que pueda dar posibilidades competitivas a sus empresas y facilite la creación de otras nuevas era la de Murcia. No es posible que ante una perspectiva, según los analistas internacionales, de crecimiento del comercio marítimo en el Mediterráneo, nuestra región quede excluida de esa evolución de la economía. Ésta es la única manera de que esa situación desfavorecida se vaya reduciendo paulatinamente.
Por ello, se ideó la construcción de un nuevo puerto con las dimensiones adecuadas para su viabilidad y con la condición fundamental de que el proyecto se lleve a cabo siempre y cuando existan inversores privados que apuesten por él. El hecho de que no hubiese que acudir a fondos europeos para sacar adelante esta infraestructura era un propósito.
MTR: ¿De qué manera considera que los puertos influyen como motor de las economías regionales?
RLVS: Los puertos influyen de manera fundamental en nuestras economías regionales, al ser grandes responsables de que se establezca una dinámica comercial significativa que tire de la sociedad. Permite participar de elementos fundamentales para estimular el ritmo y la creación de nuevas empresas. En primer lugar, las hacen partícipes de las posibilidades del comercio marítimo. En segundo lugar, a través de inter-modalidad y conectividad, dan a las mercancías un radio de acción que de otra manera no tendrían. Y por último, inducen crecimientos sectoriales significativos en el área de influencia portuaria. Tal y como se concibe ahora la economía, que ha percibido la logística como clave para la evolución mercantil, los puertos se revelan como factores clave en la economía regional.
MTR: En su papel actual como vicepresidente del Parlamento Europeo, ¿cuál es su visión sobre el Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y los Estados Unidos, que se está negociando?
RLVS:Hablamos de un tratado que se encuentra en estado de negociación, por lo que no podemos establecer una valoración al respecto hasta que no sepamos el contenido final del acuerdo. No obstante, es preciso señalar que este tratado puede ayudar a consolidar la recuperación económica de Europa y buscar nuevos socios, especialmente tras el conflicto actual con Rusia.
Es verdad que el Parlamento Europeo ha de analizar con especial atención varios puntos clave como el relativo al arbitraje y al mecanismo de resolución de conflictos llamado ISDS, o el relacionado con el respeto de los estándares de protección en sectores clave como la alimentación —con especial interés en lo relativo a las denominaciones de origen—, el empleo —especialmente la relación a la protección de los derechos laborales— o a las normas sociales —sobre todo en lo relativo a los servicios públicos y a la protección de datos. No podemos permitir que estos asuntos se vean perjudicados con el acuerdo.
Del mismo modo, hemos de ser conscientes que un acuerdo de este tipo puede generar beneficios para Europa si se gestiona adecuadamente. Según el informe independiente de 2013 del Centro de Investigación de Políticas Económicas, este acuerdo podría suponer un incremento del PIB de la Unión Europea (UE) de entre 60.000 y 120.000 millones de euros, así como un incremento de entre 49.500 y 94.900 millones de euros en los Estados Unidos. La conclusión delTratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y los Estados Unidospodría beneficiar a sectores importantes para España, como el del aceite de oliva, las frutas o las hortalizas.
MTR: En vistas a la firma del último Tratado de Asociación Transpacífico (TTP), ¿cree usted que Europa debería consolidar y expandir los acuerdos existentes y en desarrollo con Latinoamérica?
RLVS: En mi opinión, la reciente firma del TTP hace absolutamente imprescindible que se complete y amplíe cuanto antes la red de Acuerdos de Asociación y de Libre Comercio ya existente o en curso de celebración entre la UE y los países de América Latina y el Caribe.
Es evidente que, junto con la pujanza de China y otras grandes economías asiáticas, la firma del TPP y otras exitosas iniciativas como la de la Alianza del Pacifico —que supone el 40% del comercio en América Latina— el eje del comercio mundial se va desplazando firme y paulatinamente hacia el Pacífico, en perjuicio del área atlántica a la que pertenecemos y que ha sido la preponderante hasta la fecha. Ello requiere, pues, culminar cuanto antes la modernización de los Acuerdos de Asociación entre la UE y Chile y México, la accesión de Ecuador, cuanto antes, al Acuerdo Comercial Multipartito UE-Colombia y Perú, la entrada en vigor del conjunto del nuevo Acuerdo de Asociación entre la UE y Centroamérica y, sobre todo, intercambiar las ofertas comerciales sin más demora y culminar definitivamente el Acuerdo de Asociación UE-Mercosur, que abrirá para ambas partes un mercado de más de 700 millones de consumidores.
Solo si unimos a ello la celebración del TTIP (Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión) entre la UE y los Estados Unidos —lo que exigirá además la adaptación de todos los demás acuerdos arriba mencionados en ciertos aspectos normativos y arancelarios—, podemos aspirar seriamente a preservar para el área atlántica y para el mundo occidental una participación decisiva en la economía y el comercio mundial en beneficio de los ciudadanos europeos y latinoamericanos.