El presidente de la WTPF da su mirada sobre cuál es el lugar del comercio internacional de servicios y cómo las nuevas tecnologías aceleraron su crecimiento.
El especialista y miembro de ambas organizaciones da su mirada sobre la importancia del comercio internacional de servicios y analiza cómo el boom del e-commerce y las nuevas tecnologías impactó en este segmento. “Los servicios ya han transformado las economías nacionales a gran escala. Una gama de servicios, desde la logística hasta las finanzas y la informática, no solo son indispensables para operar economías cada vez más complejas y sofisticadas, sino que representan el sector de más rápido crecimiento”, explica el referente.
Desde 2001, Bruno Masier preside la WTPF (Federación Mundial de Trade Points), organismo que fue elegido para integrar el primer consejo de GATIS, como uno de los tres vicepresidentes de la institución. Con una vasta trayectoria en comercio global, Masier fue consultor internacional de la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo y ha participado en proyectos de Infraestructura y Servicios al Comercio, Facilitación de Negocios y en los programas de Industrias Creativas y Modernización de Aduanas. Además, el egresado del Instituto de la Organización Mundial de Comercio en Ginebra cuenta con más de 25 años de experiencia en este universo. Durante su trayectoria ha emprendido más de 150 misiones internacionales en 34 países y ha sido conferencista invitado por el Banco Mundial, la ONU, la UNESCO, el CCI y diferentes gobiernos como los de Italia, España, China, Tailandia, Jordania, Sudáfrica y Egipto, entre otros.
¿Cuál es la importancia de los servicios en la economía y el comercio global?
La economía global ha pasado por un cambio abrupto hacia los servicios. Los servicios ahora generan más de dos tercios de la producción económica, atraen más de dos tercios de la inversión extranjera directa y proporcionan la mayoría de los empleos a nivel mundial. Si bien alguna vez fueron secundarios para la fortaleza industrial de un país, ahora son determinantes tanto para la productividad, la competitividad y el aumento del nivel de vida. La capacidad de acceder y exportar servicios eficientes, asequibles e innovadores se ha vuelto fundamental para las estrategias de desarrollo.
En ese sentido, la globalización de los servicios (desde el transporte, la logística y la tecnología de la información hasta las finanzas y la educación) tiene el potencial de aumentar el crecimiento, profundizar la integración y facilitar la diversificación. Además, ofrece la promesa de una gran expansión del desarrollo y el crecimiento económico, no solo del comercio.
¿El crecimiento del comercio de servicios se da igual en todas las economías?
La contribución de los servicios a las economías nacionales ha aumentado con el tiempo en países de todos los niveles de desarrollo, pero el cambio ha sido especialmente rápido en algunos países en desarrollo. En la mayoría de ellos, los servicios experimentaron una tasa de crecimiento más alta en las últimas décadas que la manufactura y la agricultura.
El boom del e-commerce y las nuevas tecnologías vienen modificando las reglas del juego a pasos acelerados, ¿cómo impacta esto en el comercio internacional de servicios?
Los servicios son fundamentales para el comercio digital: no solo porque proporcionan la infraestructura básica habilitadora, sino también porque ahora se pueden suministrar en línea a través de una amplia gama. En sectores como las telecomunicaciones y los servicios informáticos, en particular, pero también en áreas financieras y logísticas, son facilitadores clave no solo del comercio electrónico de bienes, sino también del suministro digital de servicios. Los servicios de telecomunicaciones, que engloban Internet, telefonía móvil y transmisión de datos, proporcionan la infraestructura básica y la capacidad de transporte que permiten la prestación digital de una gama de servicios, así como la oferta y compra de bienes a través de estas redes.
Asimismo, el uso de las tecnologías de la industria 4.0 abre nuevas oportunidades para la economía creativa. Por ejemplo, la Inteligencia Artificial permite la personalización de contenido; algunas artesanías se pueden producir a través de la impresión tridimensional y los desfiles de moda pueden presentar modelos aparentemente invisibles mediante el uso de tecnología de realidad aumentada. 
