Cuatro escenarios para anticipar el futuro.
Las medidas y acusaciones del presidente de EE UU constituyen una afrenta a la paz y prosperidad alcanzadas en las últimas tres décadas. Aquí, sus políticas y las consecuencias analizadas en el contexto internacional.
Durante casi tres décadas, el mundo construyó, trabajosamente, un sistema multilateral de decisiones en lo político, económico y comercial que, con defectos e inconsistencias, tuvo dos enormes resultados: una era de cierta paz y prosperidad globalizada, que permitió a millones de seres humanos salir de la pobreza extrema y un debilitamiento de las pretensiones hegemónicas de Estados Unidos, que distorsionaban cualquier intento de convivencia internacional.
Hasta que Donald Trump llegó a la Casa Blanca. Desde entonces, los peores fantasmas del pasado han retornado. Brotes de nacionalismo, racismo y populismo, expresiones emocionales de una lectura obsoleta de la realidad mundial, reflejaban a la vez, de manera irracional, la necesidad de ajustes en el proceso de globalización hacia mayores niveles de equidad.